Muchas veces, las empresas creen que la solución a sus problemas comerciales es "hacer más". Más informes, más llamadas, más procesos, más controles. Pero lo que no ven es que, a partir de cierto punto, todo ese “más” empieza a restar. Se pierde claridad. Se diluye el foco. Y lo que era una estructura funcional se convierte en un laberinto.
Ese fenómeno se conoce como rendimientos decrecientes: cuando agregar más esfuerzo o recursos ya no produce más resultados. De hecho, puede producir el efecto contrario. Y en la gestión comercial es más común de lo que parece.
Uno de los errores más frecuentes que cometen los gerentes comerciales es pensar que sus sistemas de control deben parecerse a una central nuclear para ser eficaces. Tablas con mil columnas. CRM con funciones que nadie usa. Documentos compartidos que dan pereza abrir.
¿El resultado?
No es un problema de tecnología. Es un problema de diseño y foco.
En muchas empresas, lo que paraliza no es la falta de recursos, sino el perfeccionismo disfrazado de control. Quieren implementar el CRM perfecto, con todos los flujos posibles, automatizaciones, integraciones… pero nunca arrancan. O peor aún: arrancan y nadie lo usa.
Y mientras tanto, el negocio sigue dependiendo de hojas sueltas, llamadas perdidas y vendedores que “se lo saben todo”... hasta que se van.
No necesitas otro CRM más complejo. Necesitas uno que tu equipo quiera usar. Uno que no asuste. Uno que te dé visión clara, sin tener que pedir cinco informes ni perseguir a nadie. Uno que te diga en 30 segundos:
Eso es lo que hace CRM SENCILLO.
Cuando trabajaba con clientes de eventos, desarrollé un sistema muy simple: ocho horas. Era el tiempo exacto que dedicaba a cada evento. Incluía leer el cuestionario (a veces de 10 páginas), hacer un esquema, grabar un audio con las ideas, escucharlo en bucle, viajar, presentar y volver a casa.
Ocho horas. Ni una más.
¿Por qué? Porque sabía que meter más horas no mejoraría el resultado. Lo haría más confuso. Me haría dudar. Rompería la frescura.
Y los resultados me daban la razón: 5 estrellas siempre. Reseñas increíbles. Clientes felices.
¿Por qué debería dedicar más tiempo si ya funcionaba?
Lo mismo pasa con tu gestión comercial. Si complicas lo que ya funciona, lo estropeas.
No importa lo potente que sea tu herramienta si tu equipo no la abre. Si cada comercial lleva su propio sistema, estás en peligro. Hoy puede funcionar. Pero mañana uno se va… y se lleva con él todos los datos, las renovaciones, los presupuestos y los contactos clave.
La información crítica no puede estar en la cabeza de nadie. Tiene que estar en el sistema. Pero para eso, el sistema tiene que ser fácil, rápido, intuitivo.
Según los datos que recogemos de nuestros usuarios (gerentes y directores comerciales en pymes españolas), hay cinco cosas que valoran más que ninguna:
CRM SENCILLO cumple con todo eso. Y por eso, una vez lo pruebas, no vuelves atrás.
Si estás invirtiendo más tiempo en controlar lo que pasa en tu empresa… pero sigues sin verlo claro, es que estás cayendo en la trampa de los rendimientos decrecientes.
Haz menos. Pero hazlo mejor.
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P.D.: El 90% del éxito es pasar a la acción. Si quieres transformar la forma en que tu empresa gestiona sus ventas, pide tu demo ahora en www.crmsencillo.com.
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